Hastío

Él comenzó a caminar con una cierta expresión de felicidad en su cara, asegurándose de que le siguiera el paso. Yo estaba muy nervioso, no podía dejar de pensar en el momento tan excitante que acabábamos de tener y no quería que pasara tanto tiempo antes de enfriarme por temor a arrepentirme. ¡Iba a tener sexo con el Esteban!, aun después de todo lo que paso.

Salimos del metro para tomar una micro en la intermodal de La cisterna, nunca había estado ahí, me hubiese perdido con tantas vueltas que dimos. Esteban se percato de que la micro que tomaríamos estaba a punto de salir así que comenzamos a correr para poder tomarla, estando dentro Esteban camino hasta el final del pasillo hasta los últimos asientos, me espero ahí para que me sentara al rincón, lo hice y la micro partió, afuera ya había anochecido. La micro dio un par de vueltas y entro en la autopista con dirección no se donde. Nosotros eramos los únicos sentados atrás, la micro no iba para nada llena, aprovechando eso Esteban se tiro encima mio una vez mas para besarme, primero nuestro dientes chocaron y reímos después de eso volvimos a besarnos tan calientemente que si no fuera porque estábamos en una micro el sexo lo hubiésemos hecho ahí. Luego comenzó a tocar mis piernas hasta llegar a mi culo y entre besos decía "¡Oh que rico!", mientras llevaba mi mano a su bulto nuevamente para tocarlo. Esta vez se lo toque con ganas, con todas esas ganas que me había guardado antes, pero estaba muy caliente, no me bastaba con sentirlo por encima así que comencé a bajar su cierre y metí mi mano, pero ahí estaba su bóxer estorbando, así que tuve que desabotonar su jeans y por supuesto él no se opuso para nada. Cuando por fin pude hacerlo mentí mi mano encontrándome con su miembro húmedo y caliente. No podía creer que después de cuatro meses volvía a tener una verga en mis manos. Comencé a masajear su glande que estaba muy húmedo y perfecto para hacerlo.

—Para, para— pidió entre susurros —O voy a acabar.

—Bueno— respondí respirando agitado y acomodándome en el asiento.

—¡Chucha!, ¡hay que bajarse!— dijo guardando su miembro erecto aun y apresurándose a tocar el timbre. Cuando se abrieron las puertas el aire que entro me pareció refrescante para el momento que acaba de vivir.  

—¿Pasamos a comprar unas chelas?— pregunto sonriendo.

—Si... Osea, ¿tu abuela no le dará color?.

—No, si vamos a estar en mi pieza piola.

—Ok. ¿Esteban?— dije inseguro —¿Teni condones?.

—Asi no mas poh— respondió comportándose coqueto.

—No Esteban, olvídalo.

—¿Porque?.

—¿Como que porque?, hay que cuidarse Esteban.

—Ya dale— respondió desganado —Hay que pasar a comprar entonces.

Cruzamos la calle para tomar un taxi. Las luces de los autos me parecían mas brillantes que otras veces y sentía que detrás de esas luces todos sabían hacia donde me dirigía y para que. Esteban paró un taxi, nos subimos y dio las indicaciones para dar paso a un juego de miradas ardientes y toqueteos efímeros. ¡Demonios!, lo único que quería era llegar y tener sexo con él. 

Al bajarnos del taxi me sentí como en alguna parte del litoral central. Las calles en subida se parecían a las de Valparaiso o San Antonio. Caminamos hasta una botilleria que Esteban conocía y sin pudor pidió dos pack de cervezas y una caja de condones. Al caminar a su casa lo hicimos en silencio pero mirándonos y sonriendo. Cuando llegamos me dio las indicaciones para que subiera al segundo piso y lo esperara en su pieza mientras el iba a saludar a su abuela y le decía que estaría con un "amigo". Al entrar en la pieza me sorprendió su orden, en una esquina su cama de plaza y media arrinconada, al costado su respectivo velador, a los pies de la cama una cajonera con un plasma de unos treinta y dos centímetros, al lado de la cajonera un equipo de música de una pieza en el que podías dártelas de DJ, el closet incluido en una pared junto a la puerta de la pieza y en la pared donde se encontraba la ventana junto a la cama tenia pegado posters de sus grupos musicales favoritos y las entradas de las presentaciones de estos que no eran pocas. Sonreí para mis mismo al creer que solo los adolescentes hacían estas cosas. Esteban entro en silencio y comenzó a puntearme por atrás, no estaba duro pero fue cosa de segundos para sentirlo con mas fuerza. Me quede tranquilo mientras comenzaba a besar mi cuello. "¡Al fin!" dijo mi subconsciente en algún polvoriento rincón de mi mente. Esteban desabotono mi jeans y los bajo junto con mi boxer y ahí de rodillas en el piso comenzó a morder mis nalgas. De improvisto me di vuelta y le dije que por precaución debía lavarme pero respondió que no tenia olor y que sabia que estaba limpio. Me giro nuevamente y me llevo hasta la cama para dejarme recostado en ella pero solo con mi culo parado y ahí en esa posición empezó a pasar su lengua de arriba a abajo haciéndome sentir ese indescriptible placer que alguna vez me dio Franco. Me sacudí en mi interior al recordarlo y me concentre solo en el placer. Me sentí tan bien, tan relajado que me perdí con los movimientos de su lengua y no me di cuenta cuando puso su glande en mi ano y comenzó a presionar para que entrara.

—¡El condón!— dije girándome rápidamente.

—Asi no mas poh— respondió mientras se agarraba el pene, lo mire, estaba goteando. Por un momento lo dude.

—No, olvídalo Esteban.

—¡Pero mira!, se me baja con condón— me levante de la cama para sacar la caja de condones y sacar uno de los tres. Volví, me senté mientras él estaba de pie, lo tome de sus muslos  velludos y lo traje frente a mi, metí su verga por fin en mi boca y comencé a chupársela hasta que estuviera durisima. —Oh que la chupaí rico— dijo mientras me agarraba la cabeza y me presionaba para que me tragara todo su miembro, hasta que vinieron las arcadas.

—¿Te gusta?— pregunte sacando su verga de mi boca.

—Si... mucho— respondió sonriendo. Volví a meter su verga en mi boca y con mis manos rompí el envase del condón, lo desenrolle y cuando termine comencé a ponérselo apretando la punta para que no quedara aire como vi alguna vez en algún tutorial. Termine de sacarme el jeans sin dejar de masturbar su pene para que no se le bajara. Me puse en cuatro en la cama esperando que me penetrara pero antes lamió mi culo una ultima vez, lo mire hacia atrás, se humedeció los dedos para pasarlos por el condón. Con una mano me tomo de la cintura y con la otra apunto su verga hacia mi ano. Comenzó a entrar lentamente, a pesar que estaba muy excitado... Sentí mas dolor y mas áspera la penetración, ni siquiera me fije en los condones que compro. No habían pasado ni tres minutos y la excitación se me había ido, por la incomoda penetración, estaba como... ¿Seco?, ¿era yo?. Esteban me embistió unas cuantas veces mas y acabo en menos de cinco minutos. Se recostó en la cama y yo quede ahí con gusto a poco, no solo por la duración si no también por la penetración, fue extraño... Decepcionante. Me puse de pie y le pregunte por el baño, me vestí y baje a lavarme, pero termine bañándome.

A la mañana siguiente me levante mientras Esteban aun dormía, me vestí en silencio, fue como un deja vú. Y cuando estaba abriendo la puerta de la pieza para irme... ¡Se despertó!.

—¿Pa' donde vaí?— su voz estaba mas ronca que lo normal.

—Tengo que irme.

—¿Porque?, ¿que te paso?.— pregunto sentándose desnudo en la cama.

—Mi ahijada esta de cumpleaños... Tengo que ayudar a mi prima a preparar las cosas— mentira.

—Pucha...Yo queria que te quedaraí— dijo viniendo hacia mi —Quería que me hicieraí ese chapsui que hací tu.

—Pucha sorry, se me había olvidado lo del cumpleaños, mi prima me lo recordó recién— me beso, su beso con tanta saliva me pareció repugnante esta vez.

—¿Te voy a dejar?.

—¡No!, ¡no te preocupí!— quería secarme la boca —Pongo el GPS y me dice como irme— me quedó mirando con cara de estúpido —¡Ya!, despabila— le dí un beso en la mejilla y salí.

Y esa fue la ultima vez que lo vi, volvió a buscarme en los siguientes días, pero fui sincero y le dije la verdad, termino insultándome y bloqueandome una vez mas. No me importo nada, ya me había desencantado de él y me había dado cuenta que de seguía aferrado tanto emocionalmente como sexualmente a Franco. Quería volver a sentir lo que solo él me había echo sentir el año pasado, quería que me hicieran acabar sin la necesidad de tener que masturbarme. Casualmente, en un día de ocio en facebook, en uno de estos típicos grupos de "Chile país del webeo sin censura" algo así... Un tipo subió una foto de su culo descaradamente, la publicación tuvo muchos comentarios, la gran mayoría en mala onda, tratandolo de "degenerado", "maricon", "fleto", "weco", entre otras. Por otro lado, no faltaron los hombres que encontraron atractivo el culo de la publicación, comencé a leer cada comentario, de cada tipo que le había gustado. Había de todo, viejos verdes, pendejos, flaites, heteros con familia y todos con sus perfiles reales dando cara. Eso provoco una adrenalina en mi que no pude parar hasta ser yo quien publicara algo similar. Pero lo haría bien... Primero me cree una cuenta de facebook con un nombre falso y por primera vez en mi vida me tome fotos "hot". De mi culo básicamente, publique la foto en dicho grupo y  ¡bom!, comentarios, reacciones y solicitudes por doquier. Había entrado a un mundo desconocido, un mundo al cual me volvería vicioso y promiscuo el resto del año.

Continuara...